2020: el arte del comienzo

Se relaciona con la actitud que debemos asumir al comenzar el nuevo año. Los cambios, aunque sean pequeños, no sólo los grandes, al inicio de un nuevo año, si son los correctos, pueden llevarnos hasta un punto de ebullición, de una manera tal, que pueden convertirse (o convertir a una nueva idea que pudiera ocurrírsenos) en una verdadera epidemia social propositiva. Si uno comienza un nuevo año con un nuevo puesto profesional, las acciones que uno emprenda en los primeros meses en la nueva función, determinarán en gran medida el éxito o el fracaso de los meses subsiguientes. Las transiciones son importantes, y acontecen por lo general en el primer mes del año, porque es el mes más oportuno para los grandes cambios personales y organizacionales – pero también son momentos, como el despegue del avión, de gran vulnerabilidad. En el caso de que uno haya comenzado el año con una promoción en un nuevo cargo dentro de la misma empresa o haya asumido una nueva función en una nueva empresa, uno está siendo observado con lupa por todos los que están a su alrededor; La transición en un nuevo año debe buscar coaliciones para enfrentar los doce meses que se vienen por delante, manteniendo el equilibrio, e incluir a todos en los propósitos del nuevo cargo. Crear alianzas para actuar en forma colectiva asegura las victorias tempranas y ayuda a pensar en plural desde el primer trimestre del año. El papel de uno mismo, al comenzar el año, es posponer al máximo esa fatalidad escrita en las leyes de la naturaleza: innovando. La buena noticia es que, considerando a cada año como el mejor de nuestras vidas, eso es posible. ...[Leer más]