La nueva maternidad

Fotos: Javier Valdez Producción: An Morínigo Una conoció a su hija recién al momento del nacimiento. Hoy, su hija Ruth también es un caso poco común, porque fue madre a los 23, cuando por lo general las chicas de esta generación esperan hasta después de los 30, si es que van a optar por la maternidad. Hoy se sabe que el sobrepeso puede causar complicaciones de salud que afecten tanto a la madre como al hijo antes, durante o después del parto. "Hoy, además de que no muera la madre ni el feto, se busca que ese ser humano pueda estar plenamente sano también 20 años después de nacer, que pueda ser útil a la sociedad", dice el obstetra. Eso significa que el embarazo y el parto tienen que ser lo suficientemente cuidados para que, por ejemplo, el cerebro del recién nacido tenga una buena oxigenación, de modo que más adelante todas sus neuronas sigan funcionando bien y pueda desarrollarse adecuadamente. "El parto se adelantó de repente y ya no hubo tiempo de avisarle a mis padres. Ahora podemos saber si el bebé tiene algunos problemas, y lo sabemos con tiempo", asegura el obstetra. Es que la tecnología es capaz de discriminar en la sangre, el ADN de la madre y el ADN del feto. Y el que se beneficia con esto es el bebé, porque la madre va a hacer un proceso de duelo, que primero pasa por una negación, para luego aceptarlo y decir: es mi hijo, por supuesto que le voy a querer igual. En cambio si se entera de esto en el momento del parto, ahí recién va a empezar su duelo, y para cuando lo supere, ya habrá perdido semanas o meses en que se pudo haber trabajado en la estimulación del recién nacido. Eso puede detectar, por ejemplo, si el bebé tiene síndrome de Down (ver recuadro). Hoy, cuando hay algún problema, muchas veces se opta por interrumpir el embarazo para tratar de que la vida del feto pueda continuar de manera extrauterina, cuidándolo debidamente hasta que termine de desarrollarse. "En una sala de parto de un hospital público están cinco mujeres pariendo al mismo tiempo, y no hay manera de meter a los cinco padres para que las acompañen, porque hay que guardar cierto respeto desde el punto de vista de la intimidad. Si me quedó alguna materia pendiente, ahora ya tengo una especialización con mi nieta Victoria", cuenta Romy Torres, propietaria de una peluquería, madre de Ruth (25) y de Sofía (22) –que trabajan con ella– y abuela de Victoria (1). A criterio del doctor Ruoti, esto se debe probablemente, en parte, al cambio de paradigmas en la obstetricia, que en la actualidad busca con este método –la cesárea- proteger al feto en caso de que haya alguna posibilidad de complicación del parto normal. Y con el parto normal, en cambio, no sabe en qué momento va a empezar ni a qué hora va a terminar. Incluso hoy en día también es la misma paciente quien lo pide, porque no quiere sentir los dolores del parto. "Estoy de acuerdo en que hay que reivindicar el parto normal, que debe ser la primera opción toda vez que se pueda y, hoy en día, también toda vez que la madre lo quiera. Ni satanizar la cesárea, ni glorificar el parto normal, porque no es que uno sea mejor que otro: las dos vías son muy buenas toda vez que estén bien indicadas. ...[Leer más]