¿Neutralidad británica en la guerra contra Paraguay? - Cultural - ABC Color

El auge del neoliberalismo desde la última década del siglo XX –y su correlato en el terreno metodológico, la microhistoria– consolidó, sobre todo en medios académicos, una premisa que sus ideólogos afirman irrefutable: el Imperio británico, aunque hegemónico en el siglo XIX, no tuvo interés en la Guerra contra Paraguay y, consecuentemente, mantuvo en ella una «estricta neutralidad». No se puede estudiar una guerra solo en su esfera local, aunque algunos especialistas, para salir del paso en esta discusión, repitan el mantra «la guerra fue regional». Primero, porque no explica nada: es obvio que hasta cierto punto toda guerra es regional. No comulgo con exageraciones ni esquemas interpretativos que remitan a teorías de la conspiración, siempre simplificadoras, para explicar las causas de la Guerra. Es más, que incluso se opuso a la Guerra. Y los hechos muestran que Londres no fue indiferente ni neutral en la Guerra contra Paraguay. En la guerra entre Paraguay y la Triple Alianza, el capital británico financió exclusivamente a un bando: la Triple Alianza. 4) los reclamos de Cándido Bareiro, representante paraguayo en Europa, al gobierno inglés por la violación de la proclamada «neutralidad» –envío de armas, construcción de buques de guerra, transporte de material bélico en navíos con bandera británica a través del Río de la Plata para pertrechar a los Aliados, etc. ¿Es serio creer que en una guerra los banqueros financiarán un bando al que políticamente sean contrarios, o que, a la inversa, se privarán de financiar al bando con el que identifican políticamente sus intereses actuales o potenciales? Consecuentemente, en la segunda mitad del siglo XIX el capital británico tenía más intereses en Brasil –entonces tercer mercado consumidor de productos ingleses– y Buenos Aires que en el pequeño y «cerrado» Paraguay. Si la responsabilidad principal por la deflagración de la guerra y, sobre todo, por su continuación hasta la completa destrucción de Paraguay es de los gobiernos de Pedro II, Bartolomé Mitre y Venancio Flores, que obedecieron a sus propios intereses, es también un hecho demostrado que no llevaron adelante esa empresa con el poderoso Imperio británico «en contra». El hecho comprobado es que el financiamiento inglés –que garantizó buena parte del esfuerzo de guerra aliado– y otros aportes se otorgaron a un único lado beligerante con el conocimiento y beneplácito más o menos disimulados del gobierno de Su Majestad. Y eso es lo opuesto a la neutralidad británica que los apóstoles de la pretendida «última palabra» en el estudio de la Guerra predican. 3) Leslie Bethell: «O imperialismo britânico e a Guerra do Paraguai», Estudos Avançados, Universidad de São Paulo, 1995, vol. Brun: «La Guerra del Paraguay: tres modelos explicativos», Revista Paraguaya de Sociología, Asunción, Cepes, 1989, vol. ...[Leer más]